De acuerdo con la publicación de La Nación de hoy el 70% de los encuestados (o de la población si la encuesta fue bien hecha) afirma que al día de hoy la economía del país está peor respecto al año anterior y el 45% piensan que dentro de un año estará aún peor. O sea… tamos mal y vamos peor.
Curiosamente al preguntarle a la misma gente sobre la situación de su familia (me pregunto si será equivalente a preguntarle sobre su situación personal….) el 49% afirma que están igual y el 18% consideran que están mejor (en contraposición a un 5% que piensa que el país está mejor hoy que hace un año). Y respecto a lo que se viene la situación también cambia; 34% de los encuestados creen que estarán mejor, 40% creen que estarán igual y 21% ya perdieron la fe y creen que estarán peor (que con esa expectativa es sumamente probable que así sea pero ese es otro tema).
¿Entonces?
La conclusión que a mí me salta a la vista es que el país se va a ir al carajo (y definitivamente no a celebrar carajo porque ya la FIFA nos cerró, por dicha, la entrada al Mundial por la puerta de atrás), pero que a mí me va a ir de lo lindo. Por lo menos esto es lo que parece pensar al menos un 24%[1] de la muestra/población[2].
A partir de estos contradictorios resultados se pueden plantear diversas preguntas. ¿Son el resto de los ticos tan narcisistas como yo? (¡Ojalá! ¡Qué salvada! Mal de muchos, consuelo de tontos.) ¿Será que ya perdimos la fe en el proyecto país? (Suave un toque, ¿tenemos proyecto país?) O será simple y sencillamente que la gente no ve la relación entre su bienestar personal y el bienestar de la economía nacional (¿Qué pensará la mayoría de la gente que es la economía nacional?), o tal vez todo esto es simple y sencillamente paja.
[1] Aquí se hacen algunos supuestos que no son muy graves.
[2] Si asumimos que la desigualdad no afecta el bienestar de cada uno, el resultado es todavía más bonito porque si yo voy a estar igual (lo que piensa el 40%), pero en general todo mundo va a estar peor, yo voy a estar mejor si se me compara con el resto :D.
Hace algunos días, en una de esas nefastas noches en que jugaba la selección nacional, uno de mis amigos recalcaba, no sin algo de ironía y sorna, que “después del cole el Himno solo sirve para el estadio”. Este comentario me llevó a reflexionare un poco acerca del Himno y del acto que llevará a cabo el día de hoy la fundación Un Techo Para mi País (UTPMP).
Creo sinceramente que los himnos, en particular el Himno Nacional, tienen mucha utilidad y por ende muchísimo valor. No obstante, si se les da poco uso y quizá incluso se les da un uso inadecuado. Evidentemente mi amigo no escucha Panorama, donde se canta en cadena nacional de radio el Himno todas las mañanas, pero aparte de eso su comentario no deja de tener cierto sentido. Lo cual me lleva a preguntarme ¿qué valor tiene un himno cuando el pueblo solo lo canta en los estadios y cuya letra se suele mancillar al final?
Es aquí que viene a mi mente la actividad de UTPMP. Cada 14 de septiembre, como es tradición se entonará a las 6 de la tarde la letra del Himno Nacional. Este año los y las jóvenes de UTPMP cumplirán con la tradición reunidos en la Rotonda de la Bandera. Este acto, denominado por la entidad como de protesta pacífica es para mí, mucho más que eso. El día de hoy, en la garganta UTPMP el Himno Nacional no solo se fortalecerá como el signo de unión y hermandad que es, sino que cobrara nueva vida. Hoy en las vísperas de la celebración de nuestra independencia colonial, el Himno Patrio se transformará en un nuevo grito de guerra. Un símbolo de lucha contra aquello que más nos oprime como pueblo, la pobreza: miseria y sufrimiento de nuestros hermanos y de nosotros mismos.
La lucha por la independencia de tan férreo opresor es larga, y la anhelada libertad no se vislumbra aún en el horizonte, mas con la certeza del valor de la “lucha tenaz de fecunda labor” vibrará hoy la juventud y con ella la nación. Será entonces que el Himno alcance para mí su mayor valor y nos recordará que somos hermanos, que la lucha de uno es la lucha de todos. Porque solo soy verdaderamente libre cuando todos los hombres y mujeres a mi alrededor son igualmente libres (Bakunin).
Sunday, August 23, 2009
The night is gone The dream is dead Half alive, half awake
The stones fly through my head All I can see is red Bloody red dripping out of my veins Bloody Mary stripped at the bar, while I fantasized about that guitar.
The mirror shatters from the pain And as the image breaks and the voices faint The empty bottle slits my throat And frees the rum in my soul
And here comes Mary Jane now With here pretty night gown Blowing circles in the air As the Waltz plays with her hair.
And we play and we dance Until the troops fold back to the last stance And the war is lost when it hurts the most
Ayer hubo un hermoso atardecer Dicen que el sol brillaba y que con el viento los árboles jugaban. Las nubes se vestían de mil colores y los pájaros cantaban a sus viejos amores.
Pero yo no lo vi. Me perdí en el atardecer de tu mirada, En la miel que se empoza a la sombra de tus pestañas. Saboreé el brillo de tu sonrisa. Y me consumí en ese aire infantil que destilas a pesar de ser toda una mujer.
Me devolviste las poesías que creí para siempre perdidas de tu ser se desprenden los más bellos versos.
Pequeña bailarina, ángel celestial. Pieles perforadas, por aceros ardientes de ilusiones incipientes. Labios robados, que serán tierra fértil para amores soñados
Tuesday, July 7, 2009
¡Oh Curiosidad! ¡La más hermosa de las ninfas de este bosque! Como Ulises debo atarme a mi nave para no saltar de ella atraido por tus dulces mieles. Es tan fácil perderse en la infinidad de tu cuerpo.
Eres espontanea, infantil, juguetona. Te gusta sorprenderme en cualquier momento. Irreverente entras por la puerta sin cuidado de lo que yo esté haciendo y me seduces con una de tus tramas.
Basta con que tu aroma cruce mi espacio para convertirme en tu esclavo. Tal es el poder de la pasión que emanas.
¡Oh Curiosidad! ¡Bondadosa dueña de mi alma!Es tan magna tu nobleza que recompensas con el fuego de Prometeo a quienes ciegamente te seguimos.
Este espacio está dedicado a unas lineas que salieron de lo más profundo de mi corazón, pero que mi cobardía me impide mostrar. Dejo en su lugar un silencio y una lágrima bajando por mi mejilla....
¡Bienvenidos sean todos a la Procrasti-Nación! Me parece pertinente dedicar esta primera entrada a reflexionar sobre lo que significa procrastinar, o como me gusta verlo ser ciudadano de la hermosa y bella Procrasti-nación. En primer lugar un procrasticense está lejos de ser un vagabundo o alguien que no tiene absolutamente nada que hacer. Todo lo contrario, por definición aquella persona que procrastina tiene cosas que hacer, incluso puede tener cosas importantes que hacer, pero decide por algún motivo aplazarlas.
Esto me recuerda un artículo que recibí una vez de un profe al cual me referiré únicamente por Océano (puesto que sus iniciales recuerdan un concepto parecido, más de uno ya sabrá de quien hablo). El artículo habla de cómo procrastinar de la manera adecuada (si lo quieren leer aquí está). Según ese artículo hay tres tipos de procrastinación (¡Procrasti-Nación hay solo una y es la más grande de todas!)La primera es cuando se procrastina y no se hace nada,la segunda es cuando se hace algo menos importante que lo que se tiene que hacer y la tercera es cuando se hace algo más importante. Esta última es la más loable y sana de todas, lastimosamente no puedo prometer que estas reflexiones estén en esa categoría. Sé que para mi lo están, porque al escribirlas empleo mi imaginación y aprovecho la curiosidad que de vez en cuando me surge.
Creo que procrastintar positivamente (la procrastinación del tercer tipo) está fuertemente ligada a la curiosidad, al querer saber de algo o hacer algo diferente. La verdad es que muchas de las cosas que tenemos que hacer son poco importantes para el desarrollo personal, pero lamentablemente están asociadas con cosas que nos han hecho creer (y que efectivamente el mundo cree) son más importantes como una nota en un curso (al que no me crea que esto es poco importante en la vida real lo invito a que vea su registro de notas y piense en lo que aprendió en los cursos en los que mejor le fue. Lamentablemente es importante para otras cosas como postgrados, becas y matricular en el horario que a uno le de la gana, etc). Pero bueno, volviendo al tema de la curiosidad. La curiosidad es una herramienta sumamente poderosa para aprender y crecer, por algo los niños son tan curiosos y aprenden tanto en tan poco tiempo.
Esto me recuerda una frase de William Wirt (sí, yo tampoco tengo la más mínima idea de quién es, pero en algún momento leí una frase suya y se me quedó grabada; hoy nada más la busqué para copiarla sin errores): "Seize the moment of excited curiosity on any subject to solve your doubts; for if you let it pass, the desire may never return, and you may remain in ignorance." Entonces la procrastinación incitada por la curiosidad, nos permite salir de la ignoracia, y así crecer y mejorar.
Los invito entonces a que procrastinen, que dejen de lado (por un rato) todas las cosa triviales que tienen que hacer y aprovechen esos impulsos de curiosidad para saborear el mundo y aún más importante para crear. La posibilidad de crear es uno de los dones más grandes que la vida le ha dado al ser humano. No importa si al principio lo que uno crea es de mala calidad, son pocas cosas las que no mejoran en la práctica. Además los triunfadores muchos de los más grandes de la historia han fracasado cientos de veces. Como dice Lebron James "You can't be afraid to fail.It's the only way you succeed - you’re not going to succeed all the time, and I know that. You have to be able to accept failure to get better.”
Así que bienvenidos a la Procrasti-Nación, saquenle provecho a su curiosidad, equivoquense y crezcan. Por ahora yo tengo que dejar de procrastinar, pero estoy seguro de que pronto tendré algo más que decir...
Monday, June 15, 2009
Mis mejores versos no están en papel Mis mejores versos los escribí en tu piel
Thursday, May 21, 2009
Te he idealizado tantas veces. Diariamente te reconstruyo. Te cambio el cabello, el nombre, la voz.
Te he destruido solo para verte renacer mi Fénix, mi nada, mi todo.
En ocasiones te he dejado de pensar pero ni un solo instante te he podido olvidar.
No importa quien seas que hagas o donde estés mientras existas y no seas mía yo te amaré.
Soy inocente de estos versos Solo los capto en el viento. No es mi voz, no son mis sentimientos. Son los sueños del mundo que a mis manos llegan y en el papel se impregnan.
Ellos se estrellan contra mi anhelando una hoja en blanco y una pluma fresca.
Fugases recorren mi cuerpo buscando una expresión trascendental. Efímeros, son solo momentos, si realmente fueran míos podría retenerlos.
Me absorben, me dominan, me seducen y yo me entrego. Rendido, impotente, esclavo de sus deseos.
Soy esclavo de los versos. Como esclavo soy de tus besos y de tu mirada o dulce esperanza, sublime voz del Universo.
Life, four letters defining the infinitely small time spam that we are granted with no apparent reason, other than entertaining a vicious child that is obsessed with his excessively complicated ant farm. Yet, it is so absolute and so fragile, such a beautiful gift or just a sadomasochistic joke. Questions shooting through my mind make me pretend I’m conscious of some sort of repressive self that keeps me from being one with the universal love. Feelings that feel so real, in spite they are just dreams of a dreaming dragon from a far away land, where the sun always sets but never rises. Where knights in shinning armours never fight, but always die.
Como te extraño cuando llueve cuando todos los ángeles lloran tu ausencia cuando mi rostro empapado refleja las lágrimas de mi corazón.
Como te extraño cuando llueve y está fría mi cama y vacío nuestro rincón cuando me abriga el manto de la soledad
Como te extraño cuando llueve y mis labios ansiosos besan el viento y mis manos curiosas buscan tus rincones pero rápidamente se quedan sin aliento.
Como te extraño cuando llueve en todas tus formas te extraño, te extraño como estela de las estrellas, te extraño como laureada princesa, te extraño como ángel, te extraño como niña, te extraño, ¡como te extraño!
Azul y amarillo del sol el brillo en tu rostro y en tus ojos lo profundo del mar.
Tu sonrisa tierna tu baile angelical. Pocos veranos en tu sien se ven.
Tu voz tan fina tan de niña. La suavidad del mar, oculta en tu mirar.
Si algún día la llama de tu belleza se ha de apagar el canto de las aves ha de cesar.
Pequeña niña con tu sonrisa el sol brilla con tu mirar se sacude el mar tu belleza angelical no tiene igual.
Thursday, February 19, 2009
El día de mi funeral quiero que llueva para así confundir con sus rostros húmedos todos por igual, a los fríos y a los dolidos.
El día de mi funeral quiero que llueva para que quien cargue mi féretro moje sus manos en mi dolor.
El día de mi funeral quiero que llueva para que la tierra que cubra mi tumba sea lodo y ensuciarme una vez más.
El día de mi funeral quiero que llueva, que el cielo llore mi partida de esta tierra o mi entrada en él (infierno) o quizás las dos.
El día de mi funeral quiero estar vivo para poder asistir y despedir a mis amigos bajo la lluvia invernal.
El día de mi funeral quiero estar vivo y darle un último beso a María (si es que va) el día en que termine mi agonía y que pueda seguir su vida sabiendo que soy libre de su dolor.
El día de mi funeral quiero estar vivo para pedir perdón y pecar una vez más.
Hay días que pesan en el alma. Días en los que los dioses nos olvidan o se burlan de nosotros. Días que nos marcan como cinceles en el alma. Días que pasan y se lloran o se aguantan. Hay días que pesan en el alma.
Como hay días hay mujeres.
Hay mujeres que pesan en el alma. Mujeres que nos odian o nos aman. Mujeres que se lloran o se aman. Mujeres que nos marcan. Hay mujeres que pesan en el alma.
Su recuerdo es constante einvade mi cuerpo cada vez que me despierto. Recuerdo particularmente aquel que debía ser el día más bello y es el más amargo. Recuerdo cada instante, y lo vivo de nuevo cada vez que cierro mis ojos. Hoy que el viento sopla y acaricia las hojas dulcemente, es más fuerte esta soledad y es más intenso mi recuerdo…
Ese día me levanté más tempano de lo que me era usual en aquellos años, el canto hermoso y prolongado del Hototogisu sumado a mi ansiedad y emoción, me impedían mantenerme en la cama por más tiempo. Me levanté con el corazón acelerado, lleno de amor y de emoción, estaba preparada para tener un día grandioso. Me asome por las persianas de mi cuarto que me permitían ver al jardín donde florecían los más hermosos árboles. Los ciruelos con sus flores claras y oscuras llenaban mi corazón de felicidad. Pero no haybelleza que se iguale con la de la flor del cerezo, con sus largos pétalos y hojas de un rojo oscuro y apasionado, que producen en el más turbio los más píos sentimientos.
Recuerdo que a lo lejos, fuera del palacio, se erguía un pino, majestuoso e imponente, tan antiguo como el mundo mismo y que probablemente morirían juntos. Los pinos siempre me hacían recordarlo a él. Corrí entonces hacia el pequeño baúl donde siempre guardé las cosas que me eran preciadas. Allí estaba aún, después de tanto tiempo, conservada perfectamente como la blancura perenne de Shirayama[2], aquella pequeña ramita de pino que recibí junto con aquelloshermosos y verdes versos.
Escribió él. Yo lo sabía a la espera de mi respuesta, pero mis manos temblaban como las cuerdas de la cítara. Era un verso antiguo, y yo no podía decepcionarlo y mostrarme incapaz de responder a su reto. Pero en ese momento ¡oh desgracia! no podía recordar el verso. Mi corazón se precipitó con si estuviera a punto de expirar. Respiré profundamente para calmar mi ansiedad y le pedí al mensajero de mi amado que esperara mientras elaboraba mi respuesta.
Corrí a buscar una piedra de tinta, me senté, cerré mis ojos y sobre el mismo papel que él había pasmado tan hermosas palabras, escribí.
Yo no podía utilizar los caracteres chinos con la destreza que él lo hacía, y hubiese sido mejor no contestar que enviarle una mala respuesta; pero yo esperaba que la forma en que escribí estos versos fuera de su agrado. Aún insegura acerca de mi proceder, pedí al mensajero que volviera con su amo. ¡Como disfrutaba de estos juegos! Son cientos los versos que de él recibí, era tan bella su manera de escribir; así como su forma de hablar. Siempre respetuoso con quienes debía serlo y directo con quien no era necesario. Su expresión y su persona, ambas finas, ambas por mí adoradas.
Días después escuche que varios cortesanos comentaban acerca de mi verso, y mi querido amigo Tsunefusa se acercó a mí y me comentó que mis versos habían llegado a los oídos del Emperador y que éste se encontraba maravillado con mi agilidad y mi destreza en la poesía, y que deseaba que todas las mujeres de palacio fueran así de astutas paranunca sentirse aburrido. Este comentario me llenó de gozo y orgullo; y de agradecimiento para con mi padre, quien desde que yo era niña se había esmerado en que aprendiera todos los poemas del Man’yōshū[5], del Gosenshū[6] y del Kokinshū[7] y a tocar los más bellos instrumentos.
De repente me percaté de que el tiempo pasaba y que yo debía prepararme. Las demás damas en espera, se fueron levantando una a la vez y el palacio se llenó de vida en pocos minutos. Algunas de las damas llevadas por la emoción comenzaron a llegar a mi habitación sin arreglarse lo cual fue sumamente molesto;pero yo no permitiría que su desfachatez me arruinara el día.
Mi cabello era más hermoso que el de cualquiera, por lo menos así lo percibía yo. Siempre estaba perfectamente liso, era oscuro como las noches más frías del invierno y cubría mis hombros de la manera más ordenada. Ese día lo adornaría con uno de los peines más hermosos que había tenido jamás. Hoy el peine se ha perdidoy de mi cabello, una vez abundante y hermoso, no quedan más que vestigios…
Aquel peine siempre me traía recuerdos del sétimo día, cuando los nobles que viven fuera del palacio llegan para disfrutar del Festival de los Caballos Azules. En esta época la nieve cubre las pequeñas y jóvenes hierbas y es difícil mantener la entrada de palacio apropiadamente limpia; y al entrar los carruajes, los golpes hacen que los peines caigan delcabello de las mujeres y es hermoso verlas reír cuando por descuido estos se quiebran.¡La época del festival es una época hermosa!
Esa mañana lavé mi cabello y me puse un traje aromatizado que me llenó de placer. Luego, sentada ya frente a mi lujosoespejo chino noté que este estaba ligeramente empañado, lo cual hizo retumbar mi corazón. Una vez que recobré la serenidad, saqué mis cejas, y la expresión en mi rostro mientras lo hacía, provocó fuertes risas a las damas que estaban a mi lado. Luego me di a la tarea de empolvar mi rostro, con cuidado de no dejar al descubierto un solo espacio, que permitiera observar el color de mi piel, ya que este era un día especial y es sumamente desagradable el ver un rostro mal empolvado.Luego pinté mis cejas y contemplé mi rostro.
Mi rostro brillaba como la luna que con todo su esplendor iluminó aquella noche en que él llegó a mí por primera vez. Era una noche de verano, la época adecuada para encontrar un amante. Yo aún no le dejaba ver mi rostro cuando él llegó a mi puerta, él no lo había visto jamás a pesar de que nos conocíamos bien. Él se escondía detrás de mi puerta corrediza entreabierta, cuando profesó uno de sus versos y yo conmocionada le rogué que entrara. Al estar los dos en el mismo cuarto, de espaldas a él, lentamente baje el abanico con el cual me había cubierto el rostro. Él extrañado intentó preguntarme que ocurría, pero yo solamente me volví a mirarlo. Él era el primer hombre quellegaba a mi cuarto en palacio, y que observaba mi rostro, yo era muy joven.
La sensación que me estremeció en aquel instante nunca ha tenido igual; fue como si una gota de lluvia invernal recorriera mi espalda de arriba abajo y que el calor de las brazas que calientan la habitación calentara mi corazón. En sus ojos pude ver su sinceridad y que la conmoción, a pesar de su sabiduría y madurez, se apoderaba de él también.
Él se encontraba vestido de manera impecable, como era su costumbre, traía un hermoso capote color cereza con blanco, unos hermosos pantalones atados flojamente, el más hermoso sombrero y un abanico de los colores más intensos con uno de nuestros versos favoritos escritos al frente.
Pasó la noche y al amanecer se comportó como el mejor de los amantes, de la manera más elegante posible. Se levantó de la cama con un aire de consternación en su rostro. “Apresúrate, la luz se está levantando y tú no quieres que nadie te encuentre aquí”, le dije y él suspiró, como si la noche no hubiese sido lo suficientemente larga y le causara una gran agonía el partir. Se acercó a mí, aún si vestirse completamente y susurró a mi oído todo aquello que durante la noche se había quedado sin decir.Estábamos los dos al lado de la puerta de mi habitación y antes de escabullirse exclamó
A la mañana siguiente, esperaba su carta y esta llegó puntual. Era una carta anudada de la manera más hermosa, en un igualmente bello papel rojo y que venía acompañada de unas hermosasflores de Meliá. Esto me aseguraba sus intenciones, por lo que me apresuré a escribirle de vuelta.
Ahora recuerdo también, con especial cariño, aquella noche en la que mi amor se escabullía por los rincones del palacio con tal de llegar a mí, siempre elegante y suave en su andar. Yo lo esperaba al lado de la ventana, pues sus poemas habían anunciado su llegada y yo ansiosa ya estaba. El incienso ardía dentro de mi habitación e impregnaba hasta los más recónditos espacios.Cuando de repente lo vi caminado por el jardín. A medida que se acercaba aumentaba su cautela para no ser descubierto; cuando de repente Okinamaro comenzó a ladrar. Él me miró indeciso y preocupado. Con un gesto nos despedimos, el se perdió en laturbia noche y yo en el dolor de su ausencia. Al aire fresco de la noche suspiré
Pensando en él
Duermo solo para tenerlo
Aparece frente a mí
Si hubiese sabido que era un sueño
Jamás hubiese despertado
Como te extraño, corazón, cuando los pájaros cantan y cuando las nubes viajan. Como te extraño al despertar, como extraño el olor de tus cabellos y tus manos fuertes. Como extraño tu color de voz y el tono de tu caminar. Como te extraño en el verano, cuando el sol y mi cuerpo calientan, y el agua refresca pero no sacia la sed que siento por ti…
Aquel día, de todos el más bello y el más triste, yo no podía creer lo que ocurría, ahí estaba yo de vuelta en la casa de mi padre, esperándolo a él que a partir de ese día, al convertirme yo en su esposa principal, viviría con nosotros. Vestida de la manera más elegante; tenía en mi cabello, que en ese entonces llegaba hasta el piso, el adorno más fino y hermoso. Mi chaqueta china, la cual había recibido de su majestad, era tan hermosa que cualquier descripción que yo intentará hacer sería injusta pues no se le asemejaría en lo más mínimo. Mi bata era de la tela más fina que había en todo el territorio, al igual que el vestido sin alinear; ambos del blanco más puro, con trazos de colores inigualables formando los más hermosos patrones, que había mandado a teñir desde hace bastante tiempo. Mis faldas tanto la del pantalón, como la larga me llenaban de majestuosidad. Nunca me había sentido tan hermosa. Mis ojos al verme se llenaban de alegría.
Lo que más me alegraba era mi abanico. Este era tan hermoso, sus colores y texturas. Esos pequeños detalles dorados, y el paisaje que en él se plasmaban al lado del verso que él una vez escribiera para mí, me hacía sentir extasiada. Era el abanico más bello del mundo. Mi padre había pedido a los artesanos de palacio que lo decoraran, era simplemente exquisito.
De repente comencé a escuchar unos arcos, lo cual me recordó los hermosos episodios que ocurren todas las noches en palacio cuando se toma lista de los cortesanos mayores y de los caballeros que atienden al emperador. ¡Como desearía poder presenciar este evento! Pero las cortinas cerradas, me permiten imaginarlo únicamente a partir de los sonidos, lo cual es igualmente esplendoroso. Antes de que sean las diez de la noche, se escuchan cientos de pasos apresurados en el palacio. Al ser las diez en punto comienzan a escucharse los nombres de todos, y las damas en espera siempre disfrutan de escuchar y de comentar sobre la manera en que cada uno responde, siendo especialmente emocionante el escuchar a un amigo enunciar su nombre. Recuerdo como él siempre pronunciaba su nombre. Su voz grave, fuerte y clara, hacía retumbar el palacio y aceleraba mi corazón.
Luego se escuchaban pasos más fuertes, cuando la Guarda Imperial de la Oficina Privada del Emperador hacía su entrada, haciendo sonar las cuerdas de sus arcos para espantar a los malos espíritus. Luego el capellán de turno, se dirige, con pasos que hacen temblar el suelo, hacia la barandilla en la esquina noreste del palacio, donde asume una postura que creo se llama, arrodillamiento elevado, y mirando hacia el palacio del emperador y pregunta al oficial que se encuentra a su retaguardia si tal y tal están presentes, y si tal y tal también lo están. Ha de ser un acto sumamente hermoso que no puedo más que imaginar.
Llegó la hora de comer, ese día tendríamos un gran banquete, corrimos al salón de banquetes donde se encontraban ya a nuestra disposición, el vinagre, la sal, el licor y el delicioso sho. ¡El delicioso plato de las cuatro especies! Pronto llegaron la sopa, los vegetales, el arroz y los demás platos, y nos dispusimos a degustarlos con el mayor de los placeres. El O-mochi que había en el centro de la mesa trajo a mi mente uno de los más dulces recuerdos que guardaba entonces de mi amado.
Recuerdo que era un día después de que terminaran la ceremonia de las sagradas lecturas, puesto que había terminado ya la abstinencia, y que aún se sentían en el palacio los murmullos de los monjes que habían estado profesando el Mahāprajñāpāramitā Sūtra[11]; cuando se acercó un viejo y pobre mendigo al palacio. Vi desde mi ventana como este se acerco a miamado. No tengo certeza de lo que ocurrió ni de cuáles fueron las palabras que entre ellos se dijeron, sólo recuerdo que mi amado entró de nuevo al palacio y regresó luego con una cesta y una bata, al recibirla el mendigo realizó un baile de agradecimiento del modo más grotesco, lo que provoco carcajadas en otras damas que también observaban. No me es difícil suponer, dada la época, la personalidad de mi amado y la apariencia de aquel viejo que lo que había en la canasta eran las sobras del altar del Buda. Que noble que mi amado, tu bondad cala profundo en mi ser y me hace suspirar por las horas en las que no estás a mi lado; me llena de gozo el saber que me has amado y que tu corazón, grande y apasionado, conmigo compartes. Recuerdo ese día como si lo viviera a cada momento.
Ahora cuando pienso en todos aquellos bellos momentos se agrieta mi espíritu, se funde mi corazón con la desesperanza y mi cuerpo se debilita. Son tiempos que no volverán y que han de ser por siempre una carga en mi alma. En la habitación que escribo ahora, guardo ya pocas cosas que me inciten su recuerdo; a pesar de que olvidarlo es una ilusión, mas no un anhelo.Entre las cosas que guardo con un cierto desprecio, pero que me es imposible desechar, está su espada con su hermosa vaina decorada, de la manera más fina y elaborada.
Esa espada maldita, a la que culpo de todas mis desdichas, pero que es tan bellay que es de él lo único que me queda, Heraldo de la Muerte era su nombre, porque habría de llevar a nuestros enemigos hacia un amargo destino; irónica es la vida y cruel el hado.Meses antes del hermoso pero oscuro día que, en parte, he detallado, mi amado fue enviado a resguardar las fortalezas de Ise. Aun conservo grabado en mi corazón el primer poema que durante su ausencia recibí.
Recuerdo haberlo sentido tan cerca de mí al leer estas palabras que no pude evitar recordar aquellos hermoso versos, que la princesa escribiera en su momento a su amado Narihira, y que en ese momento eran demasiado míos.
Recuerdo que en la mañana de aquel agridulce día, recibí el que sería el último de sus poemas; me hizo temblar; pues demostraba que él guardaba en su corazón los versos que yo le había enviado.
Cuando estaban ya listos los preparativos y ansiosa yo esperaba su llegada, puntual como él era, llego apresurado un mensajero. La expresión en su rostro, su respiración ajetreada y su manera desordenada de presentarse en el palacio, fueron suficientes para que mi alma se detuviera consciente de lo que había ocurrido. No eran necesarias las palabras, yo ya lo sabía todo; mi corazón me lo decía; no hubo ya sorpresa alguna, cuando tuve en mis manos, igual que ahora, esta espada ensangrentada….
[4] El verso original dice: “Soy yo quien reina a lo largo y ancho/ soy yo quien gobierna a lo largo y ancho/ Yo mismo, como tu señor, te contaré/ acerca de mi nombre y de mi hogar.”