Mi amigo Yeyo, a quien respeto y aprecio, escribió un artículo acerca de una de las preguntas que todos los que vivimos en el extranjero nos hacemos en algún momento (o en todo momento): ¿Regreso a Costa Rica o no?
Confieso que el artículo me decepcionó un poco, pues es lo mismo de siempre. Cualquiera que tenga un amigo que ha vivido un tiempo en el extranjero, o que haya visto “El Regreso” sabe de qué hablo. La historia se resume así: Tico sale del país, regresa, se queja de todo y se va o vive eternamente frustrado con sus memorias del verano en París (Doble puntaje si su compa se fue 3 meses a Europa y regresó convertido en un Bon Vivant que no soporta el bucólico mundo josefino y su queja más frecuente es que en Costa Rica no hay con quien o a donde salir).
Es cierto, volver no es fácil. Los salarios no siempre se comparan con lo que se gana afuera, los servicios públicos tampoco, es difícil hacer casi cualquier cosa por cuenta propia y la sociedad es bastante conservadora. Visto así, el único motivo para volver es la familia, así que lo racional para muchos es quedarse afuera.
Quedarse afuera no tiene nada de malo y uno no tiene que sentirse especialmente bueno ni especialmente malo por hacerlo. Lo que no se vale es quejarse y no hacer nada, porque es muy fácil vivir donde otros ya dieron las luchas por construir las instituciones que sostienen el nivel de vida que queremos, que construirlas nosotros mismos. En las palabras de César El Metalero: “A usted lo educaron bien. Cuando usted entra a una casa usted no empieza a decir que todo es una mierda”. Así que quienes estamos afuera tenemos dos opciones: nos quedamos calladitos o nos remangamos la camisa.
Y es precisamente en la falta de propuesta donde caigo en decepción con el artículo.
Hay muchas formas en las que podemos trabajar por mejorar nuestro país y no todas pasan por regresar y ese es realmente el tema. Lo más importante que podemos hacer los emigrantes es no desvincularnos del país. No pretender que dado que estamos lejos, los problemas de Costa Rica no son nuestros y no podemos hacer nada por resolverlos.
Quienes estamos afuera debemos utilizar los recursos que tenemos a nuestro alcance para cerrar las brechas que existen entre lo que ofrece Costa Rica y lo que hemos encontrado, o estamos buscando, en el extranjero. De lo contrario seremos simplemente turistas en nuestro propio país.
Si esa es su decisión, recuerde que a nadie le gusta el turista que llega a criticar.
Pura vida.
P.D.: Gracias Yeyo por poner este imporante tema en la mesa.